Petare, Tres Noventa

 Cuando se cumple un nuevo año se cede ante la tentación de verse más joven, de vestirse más delgado, cambiarse la pinta, el look. Personalmente, me quitaba la barba con la que andaba hasta días antes de mi celebración, así todos podían decir “Caramba Fran, te ves más joven”. Petare le sigue los pasos a su hermana mayor- Caracas- y esta vez tenemos la oportunidad de celebrarlo con alegría, con entusiasmo, pero también con autenticidad. Nos estamos remozando, y cual barba de meses nos despojamos de la polvareda en nuestras paredes; cual dama con traje de estreno que se olvida del negro vestido nos pintamos de todos los colores imaginables; al igual que limpiamos los vidrios de las ventanas que casi siempre pasamos por alto, cambiamos los bombillos de los postes para que iluminen acaso más que siempre nuestras calles que nos recorren como arrugas inocultables toda nuestra piel. Pero nos negamos hoy sí, a falsear nuestra realidad, a echarnos toneladas de panqué en las mejillas, a mostrar la cartera de marca comprada en la Avenida, a aparentar ser más atléticos, a aguantar más tragos que ninguno en la reunión. Petare es una dama que lleva su vejez con dignidad, un abuelo que no compite con su nieto, un pueblo que tiene cosas hermosas, lugares extraordinarios, pero también carencias y miserias, y que como todo viejo cultiva una flor, la flor del olvido. Esta vez seremos nosotros mismos, sin mentirnos y sin mentirles a los que nos visitan; que vean tanto lo bueno como lo malo, porque al final todos estamos hechos de las dos cosas, de la dicha y de la tristeza, de fortalezas y debilidades. Aún así cada año es una oportunidad para reconocerse, para apreciarse, para comenzar; con los amigos de siempre, con los recuerdos de los que se fueron, con las esperanzas de los que nos seguirán ¡Feliz Cumple para todos!

Fran Suárez D.